“Las actividades recientes de ICE y el aumento de dichas actividades suscitan preocupación en nuestras comunidades. Si bien debería priorizarse la deportación de personas condenadas por cometer delitos violentos, no podemos lanzar una gran red en la que queden atrapadas familias trabajadoras que construyen una mejor vida en nuestro país.

Imponer redadas pesadas en nuestras comunidades bajo el lema de “seguridad pública” socava la confianza en las fuerzas del orden, deteriora nuestros valores compartidos y presenta el riesgo de la separación de familias.

Necesitamos fuerzas del orden inteligentes y justas que arremetan contra las amenazas reales, no contra padres y madres que dejan a sus hijos en la escuela o trabajadores que fortalecen la fuerza laboral, contribuyen a la economía y enriquecen el entramado social.

Exhorto con firmeza al Gobierno de Trump y al Congreso a enfocarse en los delincuentes violentos y a aprobar de una vez una reforma inmigratoria de verdad, que le aporte seguridad, rendición de cuentas y dignidad a nuestro sistema”.

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