El Senado vuelve a aprobar prohibición de THC
(AUSTIN) — El miércoles, el Senado aprobó tentativamente un proyecto que prohibiría la presencia de cualquier cantidad de THC de cualquier tipo en los productos de consumo a base de cáñamo, una medida parecida a la que impulsó al gobernador Greg Abbott a convocar a los legisladores de vuelta en Austin. Con esta medida, se prohibiría la presencia de cualquier cannabinoide (como el THC estupefaciente y todas sus variantes) excepto el CBD y CBG. Por otro lado, se permitiría la venta de tres productos de cáñamo: la proteína en polvo, la semilla descascarillada y el aceite de semilla de cáñamo. La medida refuerza el control de esos productos y limita la venta a mayores de 21 años.

Mediante el Proyecto del Senado 5, trazado por el senador Charles Perry, de Lubbock, se prohibiría la presencia de cualquier cantidad y formato de la sustancia química estupefaciente THC en todo producto a base de cáñamo.
La problemática surgió a partir de la legalización del cáñamo industrial a través de una ley agrícola nacional de 2018. El año siguiente, el senador Charles Perry, de Lubbock, presentó un proyecto que buscaba permitir el cultivo de cáñamo industrializado —que, por ley, no puede contener concentraciones superiores al 0.3% en peso— con la esperanza de que ayudara a desarrollar una industria robusta de fibra de cáñamo en Texas. En lugar de eso, dijo que surgió una industria de productos de consumo a base de cáñamo altamente estupefacientes, la cual genera 8 mil millones de dólares al año y cuenta con más de 8,000 puntos de venta en casi todas las comunidades del estado. Como respuesta, en la sesión ordinaria, la Cámara de Representantes y del Senado aprobaron proyectos para prohibir la presencia de THC en cualquier tipo de producto de consumo a base de cáñamo. Sin embargo, Abbott vetó esa propuesta, el Proyecto del Senado 3, de Perry, argumentando preocupación de que una medida de ese tipo quedara trabada en los tribunales durante años. En su lugar, presentó un posible marco regulatorio que permitiera continuar con la venta a adultos de algunos productos con contenido de THC. El vicegobernador Patrick respondió con una negativa rotunda, ya que consideró que la propuesta representaba un camino para legalizar, en la práctica, la marihuana recreativa en Texas. “No le pondré la firma a un proyecto que legalice la marihuana en Texas”, indicó en una conferencia de prensa en junio, un día después del veto de Abbott.
Al igual que en la sesión ordinaria, Perry se lamentó de que lo que debía ser una oportunidad para los granjeros de Texas terminara generando un mercado de estupefacientes, en el que se venden libremente productos de consumo con cantidades de THC desconocidas o mal indicadas en las etiquetas, que pueden enviar a quien los consume al hospital o, en algunos casos poco habituales, inducir psicosis. El senador afirmó que, debido a la falta de vigilancia del estado, los productores y distribuidores nunca tomaron medidas para impedir la venta de estos productos a menores de edad; por el contrario, venden productos coloridos, empaquetados como si fueran dulces, cerca de las escuelas. Por esta razón —expresó Perry—, es que no confía en la que la industria actúe de buena fe en un sistema regulatorio. “Tuvieron todas las oportunidades del mundo [para regular]”, dijo. “Estamos tratando de regular [una industria] que durante seis años demostró no tener integridad”.
Si bien hubo un acuerdo generalizado entre los senadores de que estos productos no pueden llegar a manos de los menores, algunos expresaron inquietud en torno al uso que hacen algunos adultos de estos productos para tratar enfermedades, como dolor crónico o estrés postraumático. Pese a que el estado aprobó la ampliación de su programa de consumo medicinal (el Programa de Uso Compasivo de Texas) ante inquietudes similares expresadas en la sesión ordinaria, a algunos senadores les preocupa que dicha ampliación no se lleva a cabo en el tiempo necesario para satisfacer las necesidades legítimas de algunas personas. El senador José Menéndez, de San Antonio, sostuvo que el costo y lo inconveniente del programa fueron lo que llevó a muchas personas a buscar alivio en productos consumibles a base de cáñamo, tratamientos que les resultaron eficaces. “Estoy muy de acuerdo con usted en que debemos mantener seguros a los niños, estoy de acuerdo en que se quiten estos productos de las gasolineras”, le dijo a Perry. “Quisiera que llegáramos a una solución con la que no dejáramos a la gente sin apoyo de repente”. Perry reconoció que habría un período de transición antes de que el programa termine de ampliarse de manera que pueda cubrir a todas las personas con una necesidad legítima, pero que el DPS, que administrará el programa, está al tanto de la urgencia.
El proyecto debe someterse a una ronda final de votación, probablemente el viernes, cuando el Senado vuelva a reunirse. Luego el tema queda en manos de la Cámara de Representantes y, en última instancia, del gobernador. La Cámara Baja presentó una medida idéntica, el Proyecto del Senado 5, pero todavía no realizó una audiencia sobre ella. Si la prohibición se aprueba en ambas cámaras, Abbott tendría que decidir si veta el proyecto una vez más y convoca otra sesión extraordinaria o acepta la voluntad de la legislatura.
###